Bueno, pues tras la tarde que llevamos los blogeros con el artículo cruel que nos planta idoia (sin mayúsculas por mala), os voy a contar algo. Ayer Arnau salió del cole junto a otros compis, entre ellos un niño que tiene autismo de 5 añitos; nuestro amiguito no habla casi y emite pequeños chillidos. Al principio Arnau me decía que tenía miedo porque no hablaba, pero poco a poco hemos superado la barrera absurda del miedo a la diferencia y ahora se chocan la mano! Van cogidos por el brazo hasta casa! Se despiden con un beso en la mejilla! y Arnau dice "Vull ser el seu amic per cuidar-lo i buscaré diners per comprar-li una veu però que només sigui seva" ( Traducción: "quiero ser su amigo para cuidarlo y buscaré dinero para comprarle una voz pero que sea sólo suya")
Ni me lo invento ni añado ni quito nada, tal cual me lo dijo mi hijo cuando nos despedimos al llegar el pequeño amiguito a su casa. A mi me dio la sensación de que algo hemos hecho bien pues en lugar de dejar que el abismo se haga más grande lo hemos convertido en algo positivo para ambos. Nuestro amiguito sabe que hay un niño en quien puede confiar, a pesar de que Arnau va un curso por encima al tener un año más, y Arnau sabe que puede comunicarse más allá de como puede hacerlo con otros niños.
Por cierto, Arnau es una pasada y mucho mejor que algunas personillas con aires de grandeza. Y el otro peque es todavía mejor que Arnau. Ojalá pudiera poner una foto de los dos.
Esto es lo que quieren destruir algunas personas pero no lo vamos a permitir, porque mi hijo no tendría ni idea de que existe el autismo y de que su amiguito es real sino estuvieran en el mismo cole, recibiendo una educación ordinaria e inclusiva.
Y esta entrada la dedico a todos los niños con acrónimo: NEE y a sus familias.